ANTETÍTULO
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EJERCITO
ECUATORIANO
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TÍTULO
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CARRERA MILITAR EL PLACER DE SERVIR A LA
PATRIA.
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SUMARIO
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Hombres y mujeres con vocación de servicio,
dedican su vida por un trabajo integro al servicio de la nación.
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ENTRADA/
INTRODUCCIÓN
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Las Fuerzas Armadas del Ejército
Ecuatoriano, por medio de Escuelas superiores y centros de formación de
tropa, participan en la formación de jóvenes bachilleres con aptitudes
físicas y mentales, dispuestos a entregar su vida por la patria. La Escuela
Superior Militar Eloy Alfaro, localizada al norte de la capital, recibe
anualmente 139 cadetes quienes pasan por un riguroso proceso de selección
para ingresar a la institución.
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CUERPO DEL TEXTO
La Escuela Superior Militar Eloy Alfaro, ubicada en sector de
Parcayacu, desde que comenzó sus
funciones el 4 de octubre de 1981, se ha dedicado a la formación de futuros
subtenientes de armas y servicios, pero sobre todo ha garantizado la
formación de ciudadanos comprometidos con la seguridad y el desarrollo del
Ecuador.
PROCESO DE SELECCIÓN
Portar el uniforme del Ejército y llegar al grado de general es el
sueño que lleva a cientos de jóvenes a inscribirse cada año en “La Escuela Superior Militar Eloy Alfaro”,
pero no todas las persona pueden cumplir esta meta que se han propuesto,
pues, existe un riguroso proceso donde solo los más aptos pueden tener el
placer de servir a la Patria.
El coronel Claudio Rivera,(fuente) jefe de la planificación
académica de la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro, dice que en enero de
cada año, la institución recepta 2000 carpetas de hombres y mujeres
provenientes de todo el país y que aspiran a formar parte de las líneas del
ejército ecuatoriano. El proceso de selección involucra pruebas académicas,
físicas, psicológicas y médicas, cada paso involucra la eliminación de una
centena de aspirantes que no cumplen con las condiciones necesarias para
continuar con el proceso.
En septiembre se da inicio al nuevo año militar y solo 139 aspirantes
son los que se convierten oficialmente en cadetes de la Escuela Superior Militar
Eloy Alfaro. Los nuevos hijos de ejército ecuatoriano son recibidos en una
ceremonia tradicional, donde los padres se despojan de sus hijos para
entregarlos a la nación. El Portón de Marte se abre y los jóvenes bachilleres
se despojan de los placeres propios de su edad para buscar la gloria y el
honor en la carrera de las armas.
FORMACIÓN MILITAR
Cuando el Portón de Marte se abre, la vida de los cadetes da un cambio
radical. El diario El Comercio (fuente) acota que un
cadete vive largas jornadas de preparación, vestirse con botas negras y
traje de camuflaje verde pixelado, realizar la formación, cánticos, ejercicios físicos y clases
teóricas representa la rutina diaria de los cadetes que conviven dentro de la
Escuela Superior Militar.
Byron Jiménez, (fuente)
Teniente en servicio activo de las Fuerzas Armadas del Ecuador, pasó por el
riguroso proceso de formación dentro de la Escuela Militar, asegura que su
formación involucró un cambio total de su vida civil, las madrugadas, las malas noches, la rigidez
del entrenamiento y el esfuerzo físico le hicieron ver que ahora su vida le
pertenecía a la Patria.
El compañerismo, la camaradería y el sentido del deber se ven
reflejados en el entrenamiento diario de los cadetes y que desempeñan un
importante papel en el cultivo de los valores patrios que templan el espíritu
combativo. Para los nuevos reclutas el separarse de la familia representa un
choque de emociones, pues, al ingresar a su formación se dan cuenta que solo
se tienen a ellos mismos. El esfuerzo físico es fundamental dentro de la
formación, pues, los reclutas muchas veces tienen que vencer sus miedos para
poder continuar dentro de la Escuela Militar. Trote, pistas de obstáculo,
paracaidismo, natación, manejo de arma, enfrentarse a los peligros de la selva, atravesar grandes ríos y sobrevivir
en montañas caracterizan la vida de un cadete. Representando la frase
emblemática “Solo venciéndote, vencerás ”
El Sargento de Administración, Rene Ontaneda (fuente) cuenta que
durante su formación tuvo que pasar por
“El Curso de Selva y en la fase de supervivencia, pasó tres días sin comer ni
beber agua, pero el hambre ocasionó que por primera vez se alimentara de una
culebra que cazaron en la selva.”
La vida de un recluta dentro de la Escuela Militar resulta sacrificada.
El Portón de Marte se vuelve abrir después de cuatro años, ahora ya no son
cadetes, son Subtenientes de Ejército Ecuatoriano con formación integra
en instrucción individual de combate y
patrullas, selva y paracaidismo.
VIDA MILITAR
“La vida militar es hermosa”,
así la describe el Sargento Rene Ontaneda, pues el amor a la patria y el
servicio a la ciudadanía son los factores que enriquecen el alma de un
militar para no perecer. La vida militar también involucra sacrificios 6 de
cada 10 militares en servicio activo, tienen que abandonar a sus familias y
vivir solos en lugares ajenos a su nacimiento por periodos largos de tiempo
únicamente para cumplir con misiones encargadas para garantizar la seguridad
de la nación. El recuerdo de los padres, hijos y demás familia siempre estará
presente y más a la distancia. Un buen militar no puede mezclar sus
sentimientos con el deber, pues, si fallan pueden ocasionar el fracaso de la
misión o incluso la pérdida de algún compañero.
GENERACIONES FUTURAS
“Vestir el uniforme militar es una gran responsabilidad, es necesario
dejarse llevar por la vocación, si un joven quiere ser militar tiene que
luchar hasta alcanzar el objetivo, ser militar no es solo vestir el uniforme,
ni tener un trabajo seguro o un buen sueldo, ser militar es servir con honor,
disciplina y lealtad.” Teniente Byron Jiménez
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CONCLUSIONES
Los jóvenes
ecuatorianos, hombres y mujeres se caracterizan por su valentía y liderazgo,
la carrera militar resulta ser una alternativa de educación superior para
aquellos quienes nacen con la vocación de servir a la Patria y ayudar al más
necesitado. La Escuela Superior Militar cada año abre el Portón de Marte y
presenta a la ciudadanía a Subtenientes del Ejército dispuestos a dar la vida
por su país.
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jueves, 25 de julio de 2019
Reportaje: Samantha Ontaneda
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