ANTETÍTULO
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Las nuevas canchas
sintéticas del Sur de Quito no mantienen contentos a todos los moradores.
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TÍTULO
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Canchas sintéticas en
Quito, las dos caras de una moneda
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SUMARIO
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El tener que pagar un
valor alto para jóvenes usuarios de las nuevas canchas sintéticas, muestra
descontento.
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ENTRADA/
INTRODUCCIÓN
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Son las 8 de la mañana
del sábado 14 de junio y dos equipos informales se reúnen para practicar fútbol
en la cancha del Mercado Mayorista, (FUENTE)
lo primero con lo que se encuentran es con un enorme letrero, el cual indica
las nuevas reglas para el uso del recinto, dos de estas dicen, que la
atención empieza a partir de las 9 de la mañana y el costo por hora es de 20
dólares.
Ningún equipo quiere
quedarse, uno ha tomado la decisión de trasladarse a una cancha sintética más
pequeña, ubicada en Solanda, mientras el otro equipo caminará hacia las
canchas de tierra del Calzado.
(Entrada descriptiva)
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A partir del año 2012 la
cancha de la Concha Acústica de la Villaflora, (FUENTE 1) ubicada al sur de Quito, empezó a funcionar como un
estadio sintético, lo cual limitó su acceso a la comunidad, ya que hoy en día
es de uso exclusivo para campeonatos los cuales se realizan los fines de
semana y cuyo costo de inscripción es inaccesible para los jóvenes de la zona
y los estudiantes del Colegio Amazonas, quienes eran sus antiguos y más
frecuentes usuarios.
Dany Rivadeneira, (FUENTE 2) estudiante del Colegio
Amazonas dice: “de poder usar la cancha se puede usar, pero eso si hay que
pagar treinta dólares, para poder jugar solamente una hora”. Anteriormente el
uso de la cancha era ilimitado y sin ningún costo, lo cual permitía a los
moradores de la Villaflora usar libremente la cancha de fútbol.
Danny, junto con sus
compañeros de colegio, cuenta que actualmente deben recurrir a una cancha en
muy mal estado y que generalmente está muy llena. “Hay que hacer cola para
poder jugar, pierdas o ganes sales porque ya hay más equipos esperando su
turno. ¡Todo un trámite!”, dice un compañero. (FUENTE 3) Lo importante para los moradores del sector no es el
material del que está hecha la cancha sino la posibilidad de poder
usarla.
La misma realidad se
repite en la cancha “La Argentina” ubicada en la Nueva Aurora en donde la
situación es más crítica ya que actualmente, ni siquiera se puede realizar
una reserva de la cancha. Oscar Molina,
(FUENTE 4) morador del sector cuenta que esto se debe a que ahora la
cancha es de uso exclusivo para el campeonato de la liga barrial Nueva
Aurora, para el cual es necesario una inscripción de cincuenta dólares, una
garantía de treintaicinco dólares, además de la conformación de una
directiva, esto sin contar los costos de uniformes y vocalías.
Oscar dice: “hacen
canchas bonitas, que no se pueden utilizar y que tienen hasta guardias, para
eso dejen no más las canchitas de tierra, que, aunque se hagan de lodo y
tengan baches, se puede jugar; que es lo más importante”. Actualmente los
perímetros de los recintos deportivos están cubiertos de mallas y poseen un
guardia de seguridad a cargo del cuidado de la cancha, además de no permitir
el acceso a nadie sin el equipamiento correspondiente, o sin el número mínimo
de jugadores necesarios, dependiendo de la capacidad de los locales.
Si bien varias
comunidades se beneficiaron con la adecuación de las canchas, muchas también
perdieron sus espacios de dispersión. La modernización de las canchas ha
traído consigo la limitación a su acceso, esto debido al cuidado y
mantenimiento que el césped sintético debe tener, además de la fuerte
inversión que representa su adecuación. “No importa si la cancha es de tierra
o de plástico; lo que importa es poder jugar en ella”, dice Danny
Rivadeneira, quien al igual que Oscar, coinciden en que los horarios de las
canchas deben ser más flexibles y los precios populares.
Actualmente el distrito
metropolitano (FUENTE) cuenta con
50 canchas (FUENTE 5) sintéticas a
lo largo y ancho de la ciudad, el objetivo para el alcalde Mauricio Rodas (FUENTE 6) es llegar a las 100
canchas (FUENTE 7) para el término
del año 2019. (Remate rotundo)
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CONCLUSIONES
Ciertamente la
construcción de canchas sintéticas son un gran aporte a la estética de la
ciudad, la problemática surge en cuanto que, la gran mayoría de los
escenarios deportivos, fueron asentados sobre las antiguas canchas de tierra,
arena y césped natural, las cuales eran de libre acceso para la comunidad.
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Datos, recuadros y
entrevistas cortas.
Entrevistada: Karen Cruz
(FUENTE)
¿Qué solución cree que
haya para el inconveniente del uso de las canchas sintéticas?
Pues yo creo que las
canchas no deberían tener costo alguno, y para cuidar de las mismas y que
todos puedan usarlas, deberían ser reservadas con algún documento legal en
caso de daño se impondría algún costo de reparación.
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jueves, 25 de julio de 2019
Dario Yanez - Reportaje
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