Agresiones campales
en canchas rurales
Las agresiones físicas y verbales forman parte constante de este deporte, de manera especial en las parroquias rurales de Quito donde el juego rudo es lo que predomina.
Hace dos semanas asistí a un par de partidos que se iban a jugar en la parroquia de Nayón. Fui a encuentros específicos, quería observar el partido del Club Alianza y unos cuantos más , para sacar un informativo mediante un vídeo porque necesitaba información para la revista deportiva de la Liga Deportiva Nayón.
El fútbol es
un deporte que ha causado sensación desde su invención en el siglo XIX por
parte de los ingleses. Al ser el rey de los deportes este se ha extendido a
todas las partes del mundo, todos lo conocen, los juegan pobres y ricos, hombre
y mujeres, niños y adultos, lo importante es que ahora forma parte de un diario
vivir.
Nayón
es una de las parroquias de Quito más reconocidas por su campeonato interno,
pues, goza de buena reputación gracias a que varios de sus clubes han
conseguido logros importantes en lo que concierne a campeonatos inter parroquiales.
La aparición del fútbol de esta parroquia en medios de comunicación también ha
ayudado a su reconocimiento a nivel de Quito, no todo ha sido elogios para la
parroquia, también ha sido criticada por la manera de juego brusco que tiene y
por de cierta manera querer arreglar muchas cosas a los golpes, estas acciones
le han valido sanciones a varios equipos de la Liga. Ha estas características
mencionadas se suman las palabras de Jhonny
Guaman (vocal de un partido), quien dice “como olvidar cuando el diario Metro público que empezaba el corte de
piernas en Nayón, estas palabras sin duda duelen, pero es la realidad de la
parroquia”.
El
día domingo 30 de junio paso algo interesante, parecía ser un día cualquiera
donde el Club Alianza de Nayón recibiría al Club Chelsea de Nono por una fase
más de Campeón de Campeones inter parroquial, mientras transcurría el tiempo el
encuentro se desarrollaba con tranquilidad, de un momento a otro comenzaron a
llover insultos y patadas dentro del campo de juego, las cosas se calentaban
cada vez más, hasta que hubo encontronazos entre jugadores, lo cual resultó en
la expulsión de varios, en ese momento la locura se desató, todos querían
golpear al árbitro y al vocal de turno para defender una supuesta inocencia de
jugadores, el Club Alianza perdió los cabales y acorraló al vocal y a su esposa
llenándolos de insultos y empujones hasta que rectifiquen la acción que habían
tomado, la decisión no cambio y los insultos tomaron otro tonó. Comenzaron a
saltar amenazas de varios jugadores “si nos vas a hacer descalificar avísanos
para esperarte afuera y agredirte de una vez” gritaba Douglas Intriago, director técnico de Alianza. (proximidad)
El
árbitro decidió terminar el encuentro, tomó sus cosas y salió lo más pronto
posible del estadio para evitar agresiones, las quejas seguían “somos de Nayón,
como nos quieres perjudicar a nosotros, mediocre” gritaba Oscar Quijía, capitán del equipo. (vigor)
Media
hora después de finalizarse el encuentro se necesitó para poder escuchar
palabras claras de los involucrados en los desmanes, durante las entrevistas
los jugadores se mostraban recelosos de hablar, pues había el miedo de
mencionar algo comprometedor que perjudicará la situación de su escuadra. Aun
así David Calderón dice “el arquero
del otro equipo me insultaba y yo también respondí, pero no merecía la
expulsión porque al arquero le saco amarilla y a mí me expulsa y eso ya que no
estaba ni en la cancha”, estas palabras buscaban excusar de cierta manera la
complicidad del jugador en lo suscitado en el terreno de juego, de la misma
manera Kevin Peralta jugador del
Chelsea de Nono ,dijo “venían topándose y rosándose con mi jugador, hay una
decisión drástica pues, creo que con una roja o amarilla bastaba y no suspender
el partido”. Los partidos de barrio siempre tienen ese toque de rudeza, a la
gente además no le gusta perder, mucho dinero está en juego, desde apuestas
hasta el sueldo que le pagan a ciertos elementos de sus equipos, las peleas no
solo suelen ser en la cancha, sino los aficionados aportan con su grano de
arena, para muchas veces manchar el deporte.
“El
juego brusco se da cuando el balón está en disputa, pero sino ya se convierte
en agresión” mencionó Patricio Montaño,
juez del encuentro del domingo. Estas palabras pueden ser enfocadas a jugadores
y aficionados, es necesario entender y diferenciar cuando algo forma a ser
parte de otro concepto, para de esta manera no dañar un deporte tan bonito y
que todos puedan disfrutar de este.
Descendido a la última categoría
Hay
que recordar que no es la primera vez que este club ha sido participe de este
tipo de incidentes, recuerdo que hace unos cinco años, antes de que me hiciera
cargo de la revista deportiva de Nayón, el club Alianza participó de una
batalla campal en San Pedro del Valle,
donde varias personas salieron mal heridas, incluyendo a menores de edad que
habían sido agredidos hasta perder dientes de su mandíbula (vivencia personal). Este suceso no pudo pasar desapercibido ante
las autoridades de Liga Nayón,
quienes tomaron la decisión de enviar a los dos equipos que iniciaron la riña
hasta la última categoría existente en el campeonato, más la suspensión de un
año calendario para el equipo.
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