PERIODISMO II
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TRABAJO
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Cronica
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NOMBRE
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Leslie Figueroa
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CURSO
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Quinto “C”
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FECHA
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Quito, 10 de mayo del 2019
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TÍTULO
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Cien
horas vendiendo en la calle
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SUMARIO
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En la
ciudad de Quito la labor de los vendedores informales no termina, así como
también no tienen una hora de descanso
hasta no obtener dinero suficiente.
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ENTRADA/
INTRODUCCIÓN
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Es
impresionante la venta informal, ya sea por parte de nuestros ciudadanos
ecuatorianos o por ciudadanos extranjeros como es el caso de Venezuela ya que
por su fuerte crisis económica muchos de ellos han tenido que migrar a otros países
en busca de una mejor calidad de vida.
Estas
personas al llegar a nuestro país con mano de obra barata han perjudicado
nuestra situación económica por lo que mucha gente se quedó sin empleo, su
necesidad los llevo a buscarse de alguna manera
su pan
de cada día.
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CUERPO DEL TEXTO
Son las
nueve de la noche y en la parada de los buses que se dirigen a la ciudad de Machachi
(Escena por escena) ubicados en el
Trébol, todavía hay personas vendiendo dulces, música o películas piratas, fundas
con papas, aguas y maníes.
Encontramos
a una joven (Fuente) de unos 20 y
tantos, flaca, alta, bonita, una buena figura, larga cabellera, pantalones y
zapatos gastados, (Escena por escena)
llegaban los buses, uno tras otro y ella esperando que algún controlador (Fuente) le dé oportunidad de subirse.
Su trabajo improvisado y su buena apariencia dan buenos resultados en su
labor diaria como vendedora informal o vendedora ambulante. (Descriptiva)
Los
vendedores ambulantes de cierta manera han sobrevivido dentro del mundo
colonizado, capitalista y consumista, más allá de la reconocida
heterogeneidad estructural, las formas de especialización el control de la
moral pública, la reproducción de lo íntimo en lo público, lo privado en lo
público, la reproducción de la vida social, el mestizaje barroco aquella
economía no capitalista posmoderna.
Para
encontrarlos, solo hay que mirar en cualquier avenida principal de la ciudad
de Quito, calles muy angostas, muchos carros, ciudad grande perdida de
naturaleza, ciudad que vuelve loco a cualquiera. (Descriptiva de ambiente) Donde haya un semáforo, ahí estarán. No
importa la hora, siempre habrá uno por ahí: desde el que vende frutas y
legumbres, hasta el que vende agua y colas, sin olvidar a los ya mencionados
piratas y el que ofrecen dulces. (Narrativa)
Al regresar a la parada de
inicio le pregunte: (Dialogo del
autor)
– ¿Hasta qué hora te quedas
aquí? (Interrogante)
–Dependiendo del movimiento y el
ingreso que he generado, hay veces que se vende más y otras veces no se vende
casi nada, por lo general hasta que venda
más de la mitad de mi producto o hasta que salga el ultimo bus a Machachi,
comenta Marcela, mamá de dos niñas y quien lleva casi 2 años siendo migrante
Venezolana sin empleo fijo en el Ecuador. Tengo que llevar plata a la casa
para mis princesas.
Su área de trabajo es desde el
Trébol, quedándose en distintas paradas de buses hasta llegar a Machachi y
luego regresa de la misma manera de
parada en parada. Cuando tiene más producto para vender, comienza la jornada más temprano.
–Yo en mi país estudiaba, pero
lamentablemente no termine mi carrera universitaria por la terrible crisis
económica que enfrenta el país, con algunos ahorros logre salir junto con mi
familia (Fuente) pensando en tener
un mejor estilo de vida y al no encontrar trabajo me dedico a vender dulces
en los buses, para ayudar en casa. Me encontré con la necesidad de trabajar
para mantener a mis princesas, (Fuente)
entonces aprendí que estar preparado es importante, saber esperar lo es aún
más. (Metáfora)
Marcela fue asistente de una
pequeña tienda, asistente de cocina en una fonda, en fin, lo que apareciera
en el camino para poder subsistir, siempre de un lugar a otro. Así logró tener
unos cuantos ahorros y mantener a su familia por buen tiempo.
Pero un día las cosas se
complicaron, recortaron personal en la
fonda donde trabajaba y ya no había a quién pedirle ayuda. Así que, en la
desesperación, optó por ir a los semáforos a las paradas de buses para vender
dulces. Hoy en día, comenta, para tratar de vender las cosas varía entre
galletas, bombones, gomitas, porque la gente se aburre de lo mismo. (Descriptivo)
– ¿Ustedes tienen la ventaja de
que no tienen un horario fijo?
–No tenemos un horario fijo,
pero trabajamos más de 8 horas, responde. A veces son las 4:00 p.m. y sigo en
la calle, son las nueve y sigo ahí porque no he logrado plata suficiente. No
es fácil mantener una familia, por más humilde que sea, comenta Marcela.
Cuando eres como yo, que vendo dulces, las cosas son más difíciles. El que
tiene un trabajo sabe cuánto dinero tiene cada quincena, yo, en cambio, todos
los días tengo que salir a batallar para ver cuánto consigo... no todos los
días son iguales, no todo es color de rosas. (Narrativo)
– ¿Cómo enfrenta tu familia esta
situación?
– Toda mi familia siempre
aportamos con un granito de arena; mis hijas
(Fuente) ayudan con el quehacer de la casa, mi madre (Fuente) con la comida y el cuidado de mis princesas, mientras yo
salgo a trabajar hasta tener suficiente para llevar a mi casita algunas
cositas que podamos comer, al llegar me encuentro siempre me reciben con
mucho amor y alegría, algo muy fundamental que nos caracteriza a otras
familias es que a pesar no tener lo suficiente somos felices, cuanto menos
tenemos, más ricos somos. (Paradoja)
–Marcela a pesar de la situación
en la que vive, es una persona educada, atenta, y sobre todo muy alegre, me
invitó a visitar su casa, fuimos caminando como 7 cuadras para poder llegar,
entramos por un callejón y al otro lado había un pequeño cuarto de bloque ya
estaba viejo, tenía algunos huecos por las esquinas, el techo con plástico
negro y cartones, me encontraba con un olor muy agradable a comida y entre
ellos el grito de unas pequeñas diciendo “mama, mama por fin llegaste”, con
un fuertes abrazos y besos la recibieron, es una familia muy sencilla y
humilde, a pesar de haber pasado tantas cosas difíciles, siempre ven el lado
bueno de la vivir la vida. (Sentidos:
oídos, nariz, ojos, sentir)
Hay que admirar el estilo de
vida del trabajador informal o ambulante más aún porque son personas quienes día a día en el sol, en la lluvia, (Escena por escena) logran juntar un
poco de dinero para llevar a sus hogares, este trabajo es una forma de
laborar insegura que no brinda un bienestar fijo, lo que esta sociedad debe
comprender que el vendedor ambulante es una persona que al no disponer de un
empleo fijo debe buscar el mecanismo para subsistir, ofertando servicios y
productos para el intercambio de los mismo por dinero. (Argumentativo) (Conclusión).
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CONCLUSIONES
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FUENTES:
10
TIPO DE CRÓNICA: Narrativa, Descriptiva, Real
TIEMPOS: Narrativo, real
Crónica
de interés social
Relato
en primera persona
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