PERIODISMO
II
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TRABAJO
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Crónica
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NOMBRE
|
Jefferson
Minda
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CURSO
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5to
“C”
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FECHA
|
10
de mayo del 2019
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ANTETITULO
|
Movilización en el día del
trabajador
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TITULO
|
Un
momento de unión popular
|
SUMARIO
|
El 1 de marzo “día del trabajador”, se llevó a cabo
una marcha multitudinaria en protesta de los últimos decretos y contratos
firmados por el gobierno en los últimos tiempos, esta marcha contó con la
presencia de miles de personas entre trabajadores, estudiantes,
representantes de movimientos artísticos, culturales, etc. No se trató de una
marcha cualquiera pues sorprendentemente estuvo llena de música, baile, arte,
que se vio empañada por los discursos políticos y la intervención de la
fuerza policial al término de esta.
|
ENTRADA
|
El sol se hizo presente, un calor infernal abrazaba
la ciudad, mientras a las 8 de la mañana en la parte exterior de la Plaza
Indoamérica situada en la Universidad Central del Ecuador, ya se encontraban
cuarenta personas entre estudiantes y docentes, todos preparados con
pancartas, papelotes, sabanas con frases como: “Por el pueblo estudiamos, por
el pueblo luchamos”, “Gobierno inepto”, “El trabajador debe ser dueño de su
esfuerzo”, “Si la educación se privatiza, la U se moviliza”, “UCE para y con
el pueblo”, entre otras. Una joven – pantalón ancho, cabello corto y pintado,
ojos claros, nariz respingada – escribía hincada en la acera sobre un cartel
gigantesco, con una brocha grande y tachos de pintura negra y roja, una frase
que decía: “Sueña y serás libre en espíritu, lucha y serás libre en vida, Uce
en resistencia” (Che Guevara).
|
CUERPO
|
Después de una hora, un aproximado de doscientas
personas se dieron cita en la plaza, y ya no solo estudiantes y docentes,
también trabajadores, todos ellos con banderas blancas, pero aun así eran muy
pocas personas para lo que se esperaba, ocupamos la Av. América para comenzar
la marcha programada cerrando una de las calles por completo, un joven estudiante llamado Alberto Ortíz con
un megáfono en mano comenzó a dirigirse hacia todos:
-
Han firmado estos hijos de puta, un acuerdo
con el Fondo Monetario Internacional, hemos de salir a las calles como en los
viejos tiempos, si ellos regresan a viejas formas de desinstitucionalización,
nosotros volveremos a viejas luchas del pasado chucha, como se hacía antes,
guerreando en las calles, poniendo nuestros privilegios al servicio de la
sociedad ahora, los estudiantes de la Universidad Central del Ecuador, no
permitiremos que vulneren a nuestro pueblo, no permitiremos que se lleven las
empresas públicas, no permitiremos que sigan restándole el presupuesto a la
educación, o acaso creen que la libertad se consigue hambreando al pueblo,
vamos a salir con una consigna, que somos estudiantes de la Universidad
Central, tres adelantes Universidad Central – Gritando con voz fuerte.
-
Adelante, adelante, adelante Universidad en el
tiempo y el espacio tu nombre sonara, Universidad, U, Universidad Central –
coreaban todos los presentes formando una sola voz.
Pues también gritaban en coro la frase:
-
La histórica Central, se vuelve a levantar
FMI, tu no vuelves más.
En ese momento comenzamos a bajar todos con
dirección al Ejido, en donde encontré a unos colegas, los cuales me
comentaban que tenían que realizar algunas entrevistas, al llegar a la Av. 10
de agosto nos sorprendió la cantidad enorme de gente que ocupaba la calle,
pues era imposible ver a simple vista en donde comenzaba y terminaba la
manifestación desde el lugar donde nos encontrábamos, era un rio extenso de
personas que habían salido a la calle, pues era obvio que, una muchedumbre de
esa magnitud no solo salía a conmemorar el “día del trabajador”, salía a
reclamar sus derechos, era intrigante el imaginarse que pensaba o pedía toda
esa gente, pues la Universidad Central desde donde partí, protestaba en
contra de la privatización de la educación y en contra de los acuerdos del
Estado con el FMI (Fondo Monetario Internacional),
Nos comenzamos a adelantar para resolver dicha
interrogante, y con esa inquietud de ir preguntando a las personas que es lo
que pedían, varios comerciantes iban y venían y algunos se quedaban estáticos
ofreciendo más que todo silbatos y cornetas, en el camino nos encontramos Miguel Barreto – hombre tímido y un
poco nervioso - representante de la
Asociación de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Privada de Pichincha, el
cual nos supo decir tras la pregunta.
–
¿Qué es lo que demandan este día? – preguntó Mayte Rivas una de las
colegas que tenía que realizar un reportaje
–
Nuestro gremio es constituido por guardias,
por el motivo de la explotación laboral que se vive en nuestro sector muy
vulnerado, las autoridades no hacen control en nuestra área, por lo cual nos
explotan, la explotación mayor que vive el guardia de seguridad en este caso
es el no pago de horas extras, el no tener estabilidad laboral y no poder
gozar de una jubilación, por que llegas a los cuarenta y cinco, cincuenta
años y la empresa nos hace desechables como trabajadores, ya no nos dan
trabajo y por lo tanto no podemos tener una jubilación, no podemos terminar
con el periodo de aportación al IESS para podernos jubilar, y eso es un grave
daño para nuestro sector, imagínese la mayoría, somos ciento veinte mil
guardias a nivel nacional, ochenta mil registrados en el GOSP, si estas
personas no se jubilan, como serán sus últimos días, si se han puesto a
pensar, una persona sin jubilación, sin tener una pensión alimenticia, ¿Cómo
vivirá?, ¿Cómo pagara un arriendo?, ¿Cómo se sostiene?, esto es una grava
problemática en nuestro sector y pedimos a las autoridades que regulen y
controlen a las empresas de seguridad, los horarios extensos son otra
problemática, tenemos jornadas de seis días a la semana, trabajamos ocho días
seguidos para tener un día libre y eso no afecta porque somos seres humanos,
la ley, la constitución, el código de trabajo, dice que son ocho horas
laborables, cinco días a la semana, por lo tanto nosotros estamos trabajando
un sobre cargo hasta de sesenta horas semanales y nos afecta como personas,
tanto psicológica como físicamente.
Pasando el Ejido nos encontramos con un grupo muy
singular, pues nos atrajo mucho la atención la vestimenta de dicho grupo –
plumas de diversos colores, camisas claras, pantalones blancos en su mayoría,
decidimos acercarnos y dialogar, conocimos a Marlon Vargas – Personalidad humilde y carismática - Presidente de la Confederación de la
Nacionalidad Indígena de la Amazonía Ecuatoriana
–
Para nosotros es importante ser partícipes
como Movimiento Indígena del Ecuador, reivindicar y conmemorar la lucha
inclaudicable de los pueblos del Ecuador, donde celebramos sobre todo, la
lucha que lleva en pueblo, los sectores más olvidados, los sectores
vulnerables del país, que hace falta que todavía transformemos a nuestro
Ecuador, por lo tanto, yo creo que es responsabilidad de todos los
ecuatorianos el poder trabajar de manera conjunta, yo creo que aquí estamos todos
los pueblos del Ecuador, las nacionalidades, el pueblo mestizo,
afroecuatoriano, todos los sectores del Ecuador que nos sentimos todavía
marginados, vulnerados, por parte de los gobiernos de turno, por eso estamos
aquí, para decirle al gobierno nacional que tiene que trabajar para los
sectores más olvidados de nuestro país.
Mientras caminábamos nos dábamos cuenta que en esta
marcha, no solo se protestaba gritando y haciendo sonar cornetas, pues pasando el banco central encontramos
un grupo de jóvenes entonando instrumentos andinos – una flauta, una guitarra, un tambor y un
rondador – llenando de alegría a toda la gente que pasaba por el sector, pues
algunas personas se pusieron a bailar al ritmo de los acordes del folcklore,
otras se ponían a capturar dicha escena en sus celulares y unos cuantos
pasaban sin prestar atención al show, se notaba claramente que disfrutaban lo
que hacían, que sentían en lo más profundo de su ser los acordes que
entonaban, pues en ocasiones cerraban los ojos al hacerlo, le ponían ese
toque de pasión y gozo por la música andina, nos dimos cuenta que estábamos
entre una mescla de personalidades, ideologías, pensamientos, que nos
desenvolvíamos en medio de un sin número de personas diferentes, de culturas
incontables, pero había algo en común, todos pedían un cambio y lo pedían a
su manera de forma pacífica, exigían derechos.
Cinco minutos después nos encontramos con un grupo
que tenía un monigote de aproximadamente tres metros con vestimenta indígena,
el cual era manejado por tres jóvenes, uno de ellos cargaba el peso del
muñeco sosteniendo un palo que se desprendía de la parte inferior del mismo,
mientras los otros dos manipulaban sus manos de un lado a otro en forma de
saludo, frente a ellos se encontraba un grupo de danza que bailaba al son de
una banda de tambores, mientras otra persona manipulaba un colibrí - verde
claro hecho de cartón- una fiesta llena de colores, y por aquel lugar pasaba
un señor llamado Daniel Inga
corriendo con una tela de color rojo, verde, negro y azul, nos acercamos a él
a conversar, nos dijo que pertenecía al colectivo
“Nikasa Cultural Nina Shunku, una organización sin fines de lucro
orientada exclusivamente a la cultura, se encontraba un poco apresurado, nos
hubiese encantado preguntarle el significado de dichos términos, nos decía
que nos contestaria, pero que lo iba a hacer rápido porque no tenía tiempo,
así que le preguntamos:
–
¿Que lo incentivó a asistir a la marcha?
–
A demás de pertenecer al colectivo, soy
graffitero y artista urbano, el motivo de esto es apoyar al pueblo, nuestro
arte es un arte popular y no debe ser elitista, nuestro arte esta con el
pueblo, entonces esta es la forma en la que nosotros estamos participando en
este momento, uniendo a los jóvenes, a los guambras, para hacer arte a alegrarnos
con los conocimientos heredados por nuestros ancestros y basarnos en ellos
siempre.
Cogió su bandera y siguió su camino rápidamente. Al
subir dos cuadras por la Av. Guayaquil nos encontramos con un grupo de
mujeres que coreaban todas juntas;
Hay que ver
las cosas que pasan
Hay que ver
las cosas que pasan
Las mujeres
que caminan para adelante
Y un gobierno
que camina para atrás.
Mientras cantaban dicha frase la acompañaban con
una pequeña coreografía, pues al momento que decían, “Hay que ver las cosas
que pasan, hay que ver las cosas que pasan” daban una vuelta en su propio
eje, y luego como la oración mismo lo decía iban para adelante y para atrás,
se trataba de un grupo feminista que se hacía presente con exactamente
catorce motivos sociales y políticos en oposición al maltrato contra la
mujer.
Alejandra
Ramírez integrante del “Colectivo Rudas” comentaba que una de las razones
era la precarización laboral, decía;
–
Estamos cansadas de que nos acosen en los
trabajos, que nos abusen sexualmente, de que aprovechen nuestros cuerpos,
también los precaricen, por todos esos motivos estamos aquí, estamos por la
precarización laboral de las mujeres, por el trabajo indigno, `por que no nos
dan las horas de maternidad que nos merecemos, la maternidad es un espacio en
donde la mujer es aun más precarizada y desde el trabajo con la explotación
corre el riesgo de ser despedida, entonces todas estas cosas nos han
movilizado y estamos aquí en bloque feminista, nos autoconvocamos para esta
marcha de los y las trabajadoras , por que es importante, nuestros cuerpos
también son usados, como un cuerpo de explotación laboral, sexual y también
de violencia.
En la Plaza del Teatro se encontraba un comerciante
con unas ratas de juguete en la mano, las cuales tenía agarradas por la cola
y gritaba; “Asambleístas, asambleístas llevé sus asambleístas”, despertando
el humor de todas las personas que pasaban, y logrando vender uno que otro
asambleísta en el poco tiempo que lo divisé.
Por cada minuto que pasaba en la mañana el sol se
hacia cada vez más intenso, era normal ver un desfile de paraguas utilizados
para escapar del sus rayos, cualquier parte a la que dirigiese la mirada veía
caras de sofocamiento, especialmente de aquellos que no habían llevado ni
gorra, que solo contaban con su mano en la frente para no quemarse el
rostro los comerciantes vendían una
gorra con un pequeño parasol en la parte superior, había comenzado el
trayecto más duro, las reconocidas cuestas del Centro Histórico de Quito,
pero aun así la gente seguía su camino.
Al subir nos dimos cuenta que el gobierno se había
preparado, pues la Av. Chile estaba completamente cercada con barrotes
metálicos y frente a estos, dos columnas de policías posicionados con su
escudo al frente, resguardaban e impedían el paso hacia la Plaza Grande, pero
no era de importancia, pues el objetivo de la marcha no era llegar a dicho
lugar, al subir una cuadra el mismo panorama se veía en la Av. Eugenio
Espejo, la gente siguió caminando.
Al subir por la Av. Simon Bolívar encontramos un
joven de ropa ancha y un estilo muy urbano, nos dijo que se llamaba Mouré un rastafari del grupo “Chacota
rap”, hip hop ecuatoriano.
–
Me encuentro aquí en la marcha principalmente
por el hip hop, porque nosotros pertenecemos a la cultura, y estamos pidiendo
más respeto hacia los raperos, al arte en general, demostrando que esto no es
delincuencia, esto es comunicación, compartimos un mensaje mediante el hip
hop.
|
CONCLUSIÓN
|
Al llegar a la Plaza de San Francisco lugar de
reunión de todas las personas que actuaron en la marcha, se encontraban los
dirigentes del FUT (Frente Unitario de Trabajadores), dando un discurso sobre
no tanto sobre los derechos de los trabajadores, sino era un discurso
completamente politizado, muchas personas comenzaron a abandonar la Plaza en
ese momento, y aún más cuando de la nada aparecieron varia uniformados,
algunos montados en caballos, otros con sus escudos, lo cual alteró un poco a
la gente, y se comenzó a portar agresiva, lanzaron palos y piedras por lo
cual se vieron obligados a retroceder, aun no se había acabado el discurso
del FUT y la plaza ya se estaba quedando vacía, se había terminado la marcha,
con un discurso que nadie esperaba y con la presencia sorpresiva de quienes
nadie quería.
|
COMENTARIO
|
Pues toda una manifestación pacífica
tristemente no tuvo un buen final, todo gracias a las fuerzas policiales que
decidieron amedrentar en el momento menos pensado a la población
presente.
|
FUENTES
|
·
Jefferson
Minda (Estudiante).
·
Alberto
Ortíz (Estudiante).
·
Miguel
Barreto (Representante de la Asociación de Trabajadores Autónomos de la
Seguridad Privada de Pichincha).
·
Daniel
Inga (Integrante del Colectivo
“Nikasa Cultural Nina Shunku”).
·
Marlon
Vargas (Presidente de la Confederación de la Nacionalidad Indígena de la
Amazonía Ecuatoriana).
·
Alejandra
Ramírez (Integrante del “Colectivo Rudas”).
Mouré (Rastafari del grupo “Chacota rap”, hip hop
ecuatoriano.)
|
SUMARIO
|
El 1 de marzo “día del trabajador”, se llevó a cabo
una marcha multitudinaria en protesta de los últimos decretos y contratos
firmados por el gobierno en los últimos tiempos, esta marcha contó con la
presencia de miles de personas entre trabajadores, estudiantes,
representantes de movimientos artísticos, culturales, etc. No se trató de una
marcha cualquiera pues sorprendentemente estuvo llena de música, baile, arte,
que se vio empañada por los discursos políticos y la intervención de la
fuerza policial al término de esta.
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ENTRADA
|
El sol se hizo presente, un calor infernal abrazaba
la ciudad, mientras a las 8 de la mañana en la parte exterior de la Plaza
Indoamérica situada en la Universidad Central del Ecuador, ya se encontraban
cuarenta personas entre estudiantes y docentes, todos preparados con
pancartas, papelotes, sabanas con frases como: “Por el pueblo estudiamos, por
el pueblo luchamos”, “Gobierno inepto”, “El trabajador debe ser dueño de su
esfuerzo”, “Si la educación se privatiza, la U se moviliza”, “UCE para y con
el pueblo”, entre otras. Una joven – pantalón ancho, cabello corto y pintado,
ojos claros, nariz respingada – escribía hincada en la acera sobre un cartel
gigantesco, con una brocha grande y tachos de pintura negra y roja, una frase
que decía: “Sueña y serás libre en espíritu, lucha y serás libre en vida, Uce
en resistencia” (Che Guevara).
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CUERPO
|
Después de una hora, un aproximado de doscientas
personas se dieron cita en la plaza, y ya no solo estudiantes y docentes,
también trabajadores, todos ellos con banderas blancas, pero aun así eran muy
pocas personas para lo que se esperaba, ocupamos la Av. América para comenzar
la marcha programada cerrando una de las calles por completo, un joven estudiante llamado Alberto Ortíz con
un megáfono en mano comenzó a dirigirse hacia todos:
-
Han firmado estos hijos de puta, un acuerdo
con el Fondo Monetario Internacional, hemos de salir a las calles como en los
viejos tiempos, si ellos regresan a viejas formas de desinstitucionalización,
nosotros volveremos a viejas luchas del pasado chucha, como se hacía antes,
guerreando en las calles, poniendo nuestros privilegios al servicio de la
sociedad ahora, los estudiantes de la Universidad Central del Ecuador, no
permitiremos que vulneren a nuestro pueblo, no permitiremos que se lleven las
empresas públicas, no permitiremos que sigan restándole el presupuesto a la
educación, o acaso creen que la libertad se consigue hambreando al pueblo,
vamos a salir con una consigna, que somos estudiantes de la Universidad
Central, tres adelantes Universidad Central – Gritando con voz fuerte.
-
Adelante, adelante, adelante Universidad en el
tiempo y el espacio tu nombre sonara, Universidad, U, Universidad Central –
coreaban todos los presentes formando una sola voz.
Pues también gritaban en coro la frase:
-
La histórica Central, se vuelve a levantar
FMI, tu no vuelves más.
En ese momento comenzamos a bajar todos con
dirección al Ejido, en donde encontré a unos colegas, los cuales me
comentaban que tenían que realizar algunas entrevistas, al llegar a la Av. 10
de agosto nos sorprendió la cantidad enorme de gente que ocupaba la calle,
pues era imposible ver a simple vista en donde comenzaba y terminaba la
manifestación desde el lugar donde nos encontrábamos, era un rio extenso de
personas que habían salido a la calle, pues era obvio que, una muchedumbre de
esa magnitud no solo salía a conmemorar el “día del trabajador”, salía a
reclamar sus derechos, era intrigante el imaginarse que pensaba o pedía toda
esa gente, pues la Universidad Central desde donde partí, protestaba en
contra de la privatización de la educación y en contra de los acuerdos del
Estado con el FMI (Fondo Monetario Internacional),
Nos comenzamos a adelantar para resolver dicha
interrogante, y con esa inquietud de ir preguntando a las personas que es lo
que pedían, varios comerciantes iban y venían y algunos se quedaban estáticos
ofreciendo más que todo silbatos y cornetas, en el camino nos encontramos Miguel Barreto – hombre tímido y un
poco nervioso - representante de la
Asociación de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Privada de Pichincha, el
cual nos supo decir tras la pregunta.
–
¿Qué es lo que demandan este día? – preguntó Mayte Rivas una de las
colegas que tenía que realizar un reportaje
–
Nuestro gremio es constituido por guardias,
por el motivo de la explotación laboral que se vive en nuestro sector muy
vulnerado, las autoridades no hacen control en nuestra área, por lo cual nos
explotan, la explotación mayor que vive el guardia de seguridad en este caso
es el no pago de horas extras, el no tener estabilidad laboral y no poder
gozar de una jubilación, por que llegas a los cuarenta y cinco, cincuenta
años y la empresa nos hace desechables como trabajadores, ya no nos dan
trabajo y por lo tanto no podemos tener una jubilación, no podemos terminar
con el periodo de aportación al IESS para podernos jubilar, y eso es un grave
daño para nuestro sector, imagínese la mayoría, somos ciento veinte mil
guardias a nivel nacional, ochenta mil registrados en el GOSP, si estas
personas no se jubilan, como serán sus últimos días, si se han puesto a
pensar, una persona sin jubilación, sin tener una pensión alimenticia, ¿Cómo
vivirá?, ¿Cómo pagara un arriendo?, ¿Cómo se sostiene?, esto es una grava
problemática en nuestro sector y pedimos a las autoridades que regulen y
controlen a las empresas de seguridad, los horarios extensos son otra
problemática, tenemos jornadas de seis días a la semana, trabajamos ocho días
seguidos para tener un día libre y eso no afecta porque somos seres humanos,
la ley, la constitución, el código de trabajo, dice que son ocho horas
laborables, cinco días a la semana, por lo tanto nosotros estamos trabajando
un sobre cargo hasta de sesenta horas semanales y nos afecta como personas,
tanto psicológica como físicamente.
Pasando el Ejido nos encontramos con un grupo muy
singular, pues nos atrajo mucho la atención la vestimenta de dicho grupo –
plumas de diversos colores, camisas claras, pantalones blancos en su mayoría,
decidimos acercarnos y dialogar, conocimos a Marlon Vargas – Personalidad humilde y carismática - Presidente de la Confederación de la
Nacionalidad Indígena de la Amazonía Ecuatoriana
–
Para nosotros es importante ser partícipes
como Movimiento Indígena del Ecuador, reivindicar y conmemorar la lucha
inclaudicable de los pueblos del Ecuador, donde celebramos sobre todo, la
lucha que lleva en pueblo, los sectores más olvidados, los sectores
vulnerables del país, que hace falta que todavía transformemos a nuestro
Ecuador, por lo tanto, yo creo que es responsabilidad de todos los
ecuatorianos el poder trabajar de manera conjunta, yo creo que aquí estamos todos
los pueblos del Ecuador, las nacionalidades, el pueblo mestizo,
afroecuatoriano, todos los sectores del Ecuador que nos sentimos todavía
marginados, vulnerados, por parte de los gobiernos de turno, por eso estamos
aquí, para decirle al gobierno nacional que tiene que trabajar para los
sectores más olvidados de nuestro país.
Mientras caminábamos nos dábamos cuenta que en esta
marcha, no solo se protestaba gritando y haciendo sonar cornetas, pues pasando el banco central encontramos
un grupo de jóvenes entonando instrumentos andinos – una flauta, una guitarra, un tambor y un
rondador – llenando de alegría a toda la gente que pasaba por el sector, pues
algunas personas se pusieron a bailar al ritmo de los acordes del folcklore,
otras se ponían a capturar dicha escena en sus celulares y unos cuantos
pasaban sin prestar atención al show, se notaba claramente que disfrutaban lo
que hacían, que sentían en lo más profundo de su ser los acordes que
entonaban, pues en ocasiones cerraban los ojos al hacerlo, le ponían ese
toque de pasión y gozo por la música andina, nos dimos cuenta que estábamos
entre una mescla de personalidades, ideologías, pensamientos, que nos
desenvolvíamos en medio de un sin número de personas diferentes, de culturas
incontables, pero había algo en común, todos pedían un cambio y lo pedían a
su manera de forma pacífica, exigían derechos.
Cinco minutos después nos encontramos con un grupo
que tenía un monigote de aproximadamente tres metros con vestimenta indígena,
el cual era manejado por tres jóvenes, uno de ellos cargaba el peso del
muñeco sosteniendo un palo que se desprendía de la parte inferior del mismo,
mientras los otros dos manipulaban sus manos de un lado a otro en forma de
saludo, frente a ellos se encontraba un grupo de danza que bailaba al son de
una banda de tambores, mientras otra persona manipulaba un colibrí - verde
claro hecho de cartón- una fiesta llena de colores, y por aquel lugar pasaba
un señor llamado Daniel Inga
corriendo con una tela de color rojo, verde, negro y azul, nos acercamos a él
a conversar, nos dijo que pertenecía al colectivo
“Nikasa Cultural Nina Shunku, una organización sin fines de lucro
orientada exclusivamente a la cultura, se encontraba un poco apresurado, nos
hubiese encantado preguntarle el significado de dichos términos, nos decía
que nos contestaria, pero que lo iba a hacer rápido porque no tenía tiempo,
así que le preguntamos:
–
¿Que lo incentivó a asistir a la marcha?
–
A demás de pertenecer al colectivo, soy
graffitero y artista urbano, el motivo de esto es apoyar al pueblo, nuestro
arte es un arte popular y no debe ser elitista, nuestro arte esta con el
pueblo, entonces esta es la forma en la que nosotros estamos participando en
este momento, uniendo a los jóvenes, a los guambras, para hacer arte a alegrarnos
con los conocimientos heredados por nuestros ancestros y basarnos en ellos
siempre.
Cogió su bandera y siguió su camino rápidamente. Al
subir dos cuadras por la Av. Guayaquil nos encontramos con un grupo de
mujeres que coreaban todas juntas;
Hay que ver
las cosas que pasan
Hay que ver
las cosas que pasan
Las mujeres
que caminan para adelante
Y un gobierno
que camina para atrás.
Mientras cantaban dicha frase la acompañaban con
una pequeña coreografía, pues al momento que decían, “Hay que ver las cosas
que pasan, hay que ver las cosas que pasan” daban una vuelta en su propio
eje, y luego como la oración mismo lo decía iban para adelante y para atrás,
se trataba de un grupo feminista que se hacía presente con exactamente
catorce motivos sociales y políticos en oposición al maltrato contra la
mujer.
Alejandra
Ramírez integrante del “Colectivo Rudas” comentaba que una de las razones
era la precarización laboral, decía;
–
Estamos cansadas de que nos acosen en los
trabajos, que nos abusen sexualmente, de que aprovechen nuestros cuerpos,
también los precaricen, por todos esos motivos estamos aquí, estamos por la
precarización laboral de las mujeres, por el trabajo indigno, `por que no nos
dan las horas de maternidad que nos merecemos, la maternidad es un espacio en
donde la mujer es aun más precarizada y desde el trabajo con la explotación
corre el riesgo de ser despedida, entonces todas estas cosas nos han
movilizado y estamos aquí en bloque feminista, nos autoconvocamos para esta
marcha de los y las trabajadoras , por que es importante, nuestros cuerpos
también son usados, como un cuerpo de explotación laboral, sexual y también
de violencia.
En la Plaza del Teatro se encontraba un comerciante
con unas ratas de juguete en la mano, las cuales tenía agarradas por la cola
y gritaba; “Asambleístas, asambleístas llevé sus asambleístas”, despertando
el humor de todas las personas que pasaban, y logrando vender uno que otro
asambleísta en el poco tiempo que lo divisé.
Por cada minuto que pasaba en la mañana el sol se
hacia cada vez más intenso, era normal ver un desfile de paraguas utilizados
para escapar del sus rayos, cualquier parte a la que dirigiese la mirada veía
caras de sofocamiento, especialmente de aquellos que no habían llevado ni
gorra, que solo contaban con su mano en la frente para no quemarse el
rostro los comerciantes vendían una
gorra con un pequeño parasol en la parte superior, había comenzado el
trayecto más duro, las reconocidas cuestas del Centro Histórico de Quito,
pero aun así la gente seguía su camino.
Al subir nos dimos cuenta que el gobierno se había
preparado, pues la Av. Chile estaba completamente cercada con barrotes
metálicos y frente a estos, dos columnas de policías posicionados con su
escudo al frente, resguardaban e impedían el paso hacia la Plaza Grande, pero
no era de importancia, pues el objetivo de la marcha no era llegar a dicho
lugar, al subir una cuadra el mismo panorama se veía en la Av. Eugenio
Espejo, la gente siguió caminando.
Al subir por la Av. Simon Bolívar encontramos un
joven de ropa ancha y un estilo muy urbano, nos dijo que se llamaba Mouré un rastafari del grupo “Chacota
rap”, hip hop ecuatoriano.
–
Me encuentro aquí en la marcha principalmente
por el hip hop, porque nosotros pertenecemos a la cultura, y estamos pidiendo
más respeto hacia los raperos, al arte en general, demostrando que esto no es
delincuencia, esto es comunicación, compartimos un mensaje mediante el hip
hop.
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CONCLUSIÓN
|
Al llegar a la Plaza de San Francisco lugar de
reunión de todas las personas que actuaron en la marcha, se encontraban los
dirigentes del FUT (Frente Unitario de Trabajadores), dando un discurso sobre
no tanto sobre los derechos de los trabajadores, sino era un discurso
completamente politizado, muchas personas comenzaron a abandonar la Plaza en
ese momento, y aún más cuando de la nada aparecieron varia uniformados,
algunos montados en caballos, otros con sus escudos, lo cual alteró un poco a
la gente, y se comenzó a portar agresiva, lanzaron palos y piedras por lo
cual se vieron obligados a retroceder, aun no se había acabado el discurso
del FUT y la plaza ya se estaba quedando vacía, se había terminado la marcha,
con un discurso que nadie esperaba y con la presencia sorpresiva de quienes
nadie quería.
|
COMENTARIO
|
Pues toda una manifestación pacífica
tristemente no tuvo un buen final, todo gracias a las fuerzas policiales que
decidieron amedrentar en el momento menos pensado a la población
presente.
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FUENTES
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Jefferson
Minda (Estudiante).
·
Alberto
Ortíz (Estudiante).
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Miguel
Barreto (Representante de la Asociación de Trabajadores Autónomos de la
Seguridad Privada de Pichincha).
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Daniel
Inga (Integrante del Colectivo
“Nikasa Cultural Nina Shunku”).
·
Marlon
Vargas (Presidente de la Confederación de la Nacionalidad Indígena de la
Amazonía Ecuatoriana).
·
Alejandra
Ramírez (Integrante del “Colectivo Rudas”).
Mouré (Rastafari del grupo “Chacota rap”, hip hop
ecuatoriano.)
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