miércoles, 30 de enero de 2019

ENTREVISTA


José Gualán, excombatiente del Cenepa.

“FUE UN ORGULLO HABER COMBATIDO Y SALIDO CON VIDA”

Muchos recuerdos y experiencias dejó la guerra a un excombatiente, que lucha para superar aquellas heridas que siguen presentes en su vida.
José Gualán, sargento segundo en servicio pasivo, dice que un soldado siempre tiene que estar preparado para guerra y con valentía hay que estar dispuesto a dar la vida por la patria, afirma que la verdadera labor de un soldado es cumplir con su misión.
¿Cómo le dijeron que usted iba a la guerra?
Solamente se recibió la orden, el batallón B68 tenía que agregarse a la brigada Patuca.
¿Cuál fue su reacción?
Fue un orgullo, como buen soldado siempre hay que estar preparado para la guerra en cualquier momento, es ahí cuando el soldado muestra su valentía al dar su vida para defender la patria.
¿Qué fue lo primero que le dijo a su familia antes de partir a la guerra?
Les dije iba ir al valle del Cenepa porque había guerra, yo salí y un 14 de diciembre ya estaba en Gualaquiza.
Una vez que las tropas se encontraban concentradas en las selvas del río Cenepa ¿Cómo era la convivencia entre los soldados?
Era un poco difícil en vista de que no teníamos ni agua, ni comida, teníamos municiones eso era lo que nos llenaba de satisfacción. Había días que pasábamos mojados porque llovía en la selva pero a pesar de todo teníamos que permanecer concentrados con lo que teníamos que hacer.

¿Cómo eran los enfrentamientos dentro del campo de guerra?
Los enfrentamientos eran por aire y por tierra, la Fuerza Aérea Ecuatoriana y la Fuerza Terrestre eran los encargados de liderar los ataques con todo tipo de armas.
¿Cómo se alimentaban durante la guerra?
Había días en que se comía y otros no. Nos alimentábamos de atún y galletas que nos llegaban a la base.
Durante los enfrentamientos ambos bandos tuvieron bajas considerables ¿Qué sentía al ver a sus compañeros caídos en las selvas del Cenepa?
El Perú tuvo muchas bajas, en el Ecuador tuvimos pocas pero si un número considerable de heridos, entre ellos estoy yo, mutilado. Era triste el que caía ahí se quedaba, había que seguir luchando para no ser dados de baja.
¿Qué fue lo que pensó cuando termino el conflicto bélico del Cenepa?
Cuando nos reunieron, no sabía si habíamos ganado o perdido, no teníamos comunicación, no sabíamos lo que pasaba. Cuando nos dieron la orden del cese al fuego, sentí que fue un orgullo haber combatido y salido con vida, también una inmensa alegría porque regresaba a mi casa a ver a mi familia nuevamente.
¿Su participación en el conflicto, dejó secuelas?
Muchas secuelas, que hasta hoy en día me afectan, ya que estoy perdiendo la audición del oído izquierdo, sueño que aún estoy en la selva y siempre tengo muy presente todo lo que viví durante el conflicto bélico en el valle del Cenepa.
¿Cómo lo superó?
Yo tengo mi hogar, tengo hijos y ahora soy abuelo, ellos me han llenado de alegría. El militar siempre tiene la moral alta, siempre estamos preparados para no dejarnos doblegar por las cosas. La verdadera vocación del soldado es cumplir con su misión, yo lo llevo en la sangre, mi abuelo también fue un combatiente y eso me enorgullece.
Han pasado más de 20 años del conflicto del Cenepa ¿Qué experiencia le dejo haber participado en la batalla?
Varias experiencias, ser compañero de guerra, la supervivencia, ver compañeros caídos y heridos, el compañerismo y todo lo que se vivió es una experiencia que jamás se podrá olvidar.
Después de tanto tiempo ¿Qué se siente volver a recordar esta historia?
Siempre recuerdo esta historia, se la cuento a mis hijos, mis nietos, familiares, amigos y vecinos. Comparto esta historia para que otras personas con vocación militar sepan cómo es la vida dentro del ejército y sobre todo tienen que saber que uno tiene que entregarse y prepararse para cuando la patria lo necesite.
Hoja de vida
José Gualán, nació en la ciudad de Loja, tiene 63 años de edad. Es Sargento Segundo en servicio pasivo, actualmente se encuentra trabajando en el Cuerpo de Ingenieros del Ejército Ecuatoriano.
Frases:
“Había que seguir luchando para no ser dados de baja”.
“El militar siempre tiene la moral alta, siempre estamos preparados para no dejarnos doblegar por las cosas”.
SAMANTHA ONTANEDA

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