ANTETÍTULO.
Segundo Enriquez,
de 54 años, dueño de una bodega cervecera.
TÍTULO.
“COMO
PERSONA, EL SERVICIO MILITAR, NO TE ENSEÑA NADA”
SUMARIO.
Segundo
Enríquez, con 54 años de edad, habla con mucha nostalgia en la mirada sobre su
paso por el Servicio Militar, en aquel entonces, obligatorio, y la influencia
que tuvo en su vida. “No le recomendaría a nadie entrar al Servicio Militar.”
INTRODUCCIÓN O ENTRADA.
Un
domingo por la noche, en una casa del barrio La Tola, decidimos hablar sobre el
Servicio Militar, la importancia que tuvo en la sociedad en la época que era
obligatorio, y la influencia que tuvo el haberlo cursado en la vida de muchas
personas, entre ellas, Segundo Enríquez, quien nos cuenta, esa parte de su
vida, que transcurrió en el Servicio Militar.
PREGUNTAS, REPREGUNTAS Y RESPUESTAS.
¿Cómo se llama?
Mi
nombre es Segundo Enriquez.
¿Qué
edad tiene?
Tengo 54 años.
¿Usted realizó el S.M.O?
Si lo realicé.
¿De
que leva es usted?
Soy de la leva del 64.
¿En qué año realizó el S.M.O?
En 1984.
¿En dónde lo realizó?
En la ciudad de Tulcán, en el cuartel
de infantería BI51 Mayor Molina
¿Por qué razón lo hizo?
Hubieron varios motivos por los que
decidí entrar al servicio militar, uno de ellos era porque era obligatorio, y segundo,
en esa época creí que estaba muy mal de notas en el colegio, y mi única
alternativa era irme al servicio militar, una forma de cubrir mis falencias.
¿Qué concepto tenía del S.M.O antes de realizarlo?
No tenía ningún concepto, mas bien,
para mí, fue una escapatoria por no haber cumplido en el aspecto educativo con
mi familia.
¿Qué concepto tenía del S.M.O durante de realizarlo?
No hubo ningún concepto, porque nosotros
sabíamos que teníamos que cumplirlo, era lo que mandaba la patria.
¿Qué concepto tenía del S.M.O después de realizarlo?
Para mí, y muchas personas que
estábamos terminando el bachillerato, nos trataron diferente, aprendí a valorar
lo que uno tiene.
¿Qué aprendió en el S.M.O?
En el S.M, para la propia de vida de
uno, no le enseñan absolutamente nada, más bien uno, por voluntad propia, se
adecua a vivir el momento, a saber, apreciar lo que uno tiene, a la familia que
uno tiene. Porque ahí lo que enseñan es a aprender a disparar, seguir ordenes,
pero, como persona, el S.M no le enseña nada.
¿Les han sido útiles esos conocimientos?
Me han sido útiles, pero de forma
personal, porque aprendí a valorar lo que yo no tenía en ese momento, porque
para mí, en el S.M, fue algo crítico el no tener algo, que yo siempre tuve, una
familia, un jabón, una comida servida.
¿Qué opina de que ya no sea obligatorio?
Espectacular, porque, en ese tiempo,
por mis situaciones personales, yo acudí al S.M tratando de escabullirme de una
responsabilidad que no cumplí, pero, había mucha gente que se fue obligada, es
más, había papas que enviaban a los hijos al cuartel para formar el carácter,
cuando lo que hacían era maltratarles, darles mala comida.
¿Qué piensa acerca de que la mujer también realice el S.M.?
Veo que la mujer, ahora, está siendo
partícipe de una carrera militar.
¿En qué cree usted que aporta el S.M.O a la sociedad?
El S.M, salvo que hagan obra social,
no aporta en absoluto.
¿Qué influencia tuvo en su persona el haberlo realizado?
En mi vida personal, aprendí a valorar
en mi familia, aprendí a valorar las cosas, muchas o pocas que tuve, pero en
sí, el servicio militar, como ente creador de una persona nueva para la
sociedad, nada.
¿Existía clasismo dentro del S.M.O?
Totalmente, le recuerdo, que a los que
estábamos por graduarnos, nos trataron muy diferente en relación a las personas
que no tuvieron educación. A parte de eso, había clasismo entre sargentos,
cabos y oficiales, los oficiales comían la mejor comida, los cabos y sargentos
comían lo normal, y nosotros como conscriptos, comíamos lo peor, es más, si a
ellos no les daba la gana, no nos daban de comer.
¿Qué piensa acerca del actual S.M?
Primeramente no es obligatorio,
segundo están incluidas las mujeres y me correcto. Lo que, si me gustaría, es
que como ya no es obligatorio, que ofrezcan un beneficio a las personas que
quieran hacer el servicio militar, que les ofrezcan una carrera.
¿En su época, hubiera recomendado hacer el S.M.O?
A nadie, había un maltrato físico
total, un maltrato psicológico, mucha discriminación, eres un simple civil al
que le pueden hacer lo que les dé la gana porque eres militar.
¿Respetaron sus derechos en el S.M.O?
En absoluto, para nosotros era una
prisión, dentro del cuartel, había un bar que se llamaba la cantina, y para
poder ir a comprar, tenía que pedir permiso para que me dé una tarjeta e ir a
comprar. Cuando hacíamos ejercicios, no era ejercicio, siempre nos golpeaban,
porque eran gente que no tenían la educación suficiente para tratar a alguien.
HOJA DE VIDA.
Segundo Enríquez,
especialista en logística, almacenamiento y distribución de bodegas de
productos de consumo.
Frases.
“Para
nosotros era una prisión.”
“Ahora,
mucha gente, mucha juventud, acude al S.M por ver un medio de vida.”
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